El Problema de las Películas de Superhéroes: Zack Snyder’s Justice League



Hace un par de años un amigo me preguntó qué había para ver en cine. Le dije que Pantera Negra. Me preguntó qué era. Y le expliqué que se trataba de una película de superhéroes de un rey de un país ficticio de África, a lo que él inmediatamente respondió que no le gustaban las películas de superhéroes. Aquello me hizo pensar, es justo decir que los superhéroes no son para todos, ya que no son una innovación artística sino más bien un fenómeno que está de moda. Sin embargo, este fenómeno ha sobrecargado al catálogo de los cines, con distintos estudios estrenando, no una sino varias cintas para que compitan en la taquilla. Al final, la cantidad de películas de superhéroes que salen por año son tantas que, a quien no le gusten tendrá muy pocas ocasiones de ir al cine. Personalmente, debo confesar que tienen un gran atractivo, y mentiría si dijera que no las veo a casi todas, aunque hasta yo siento que el género se está saturando con las cientos de series de TV disponibles para ver. Una película es un evento de, por lo general, 2 horas (aunque la nueva tendencia en este tipo de cintas es la de extender la duración a 2 horas y 30 minutos) en el que entras a un salón oscuro y luego regresas a tu vida reflexionando sobre lo que contemplaste en ese tiempo; pero una serie es un compromiso mucho más largo, y pedirle al espectador que se la vea todas, sumando a que la mayoría están conectadas con otra del mismo estudio, es una tarea titánica y que no vale la pena. Pero volviendo a las películas, jamás en mi vida he pirateado una película de superhéroes, porque considero a estas cintas como espectáculos visuales respaldado por millones de dólares condensados en una pantalla gigante. Una historia de drama, thriller o comedia puede disfrutarse tanto en la pantalla grande como en la que uno tiene en la casa, y tal vez en ésta última la experiencia sea mejor, quién no le ha puesto pausa a El Irlandés para ir al baño. Películas como ésta se las ve, mayormente, para apreciar la escritura, actuación o dirección. En cambio, si en las películas de superhéroes uno intenta apreciar la escritura se va a llevar una gran decepción. Es el mismo caso que con las películas de Misión Imposible; apenas tienen historia y su protagonista es el más soso y vacío que he visto en mi vida, pero uno va a ver Misión Imposible para descubrir con qué hazaña loca y peligrosa nos sorprenderá Tom Cruise. Se trata de un espectáculo, no de una reflexión profunda, y no le veo nada de malo disfrutar de ello de vez en cuando, y no desmerezco el mérito de quienes las hacen.

Una vez aclarada mi postura sobre el tema, hace un tiempo surgió la noticia de que la versión de Zack Snyder de la Liga de la Justicia saldría a la luz luego de las incesantes peticiones de los fans, provocando el hype más injustificado que haya visto antes. Miles de personas en internet la vitorearon con fervor, como si fuese el Mesías resucitado luego de 3 días, que volvió para hacerle justicia a la horrible versión de Joss Whedon. Reconozco que la Liga de la Justicia que nos tocó ver es bastante mala en casi todos los aspectos, pero lo que no entiendo es que los fans de esta nueva versión prediguen que esta vez será una buena película debido a que, en lugar de cómico, tendrá un tono oscuro y realista. Lo que no parecen entender es que es precisamente por ese motivo que la película está destinada a ser mala. 

Las ventajas y desventajas de un medio


Cada medio tiene su propia manera de contar una historia, ya sea mediante libros, cómics o películas. Cada uno demanda el uso de la imaginación del público hasta cierto grado, siendo los libros quienes más exigen o, como considero yo, “facilitan”, hasta llegar a las películas con actores de carne y hueso, en donde el margen de imaginación se ve reducido. Pensarán que cuando uso la palabra imaginación me refiero únicamente al aspecto visual, pero en realidad me estoy refiriendo al aspecto conceptual también. Sin embargo, no estoy diciendo que los libros sean mejores que las películas o cómics, cada uno tiene sus ventajas y desventajas, todo recae en el tipo de historias que se quieren contar o cómo se quieren contar, y el reconocer qué medio será el vehículo adecuado para su ejecución es fundamental para el éxito de una obra.

Las novelas, por ejemplo, son el mejor medio para contar historias con una trama densa. En las novelas suele ocurrir que el héroe o investigador se encuentra con un extraño que se pone a relatar por el resto del capítulo su vida o la de alguien más o la de una ciudad, puede ser cualquier aspecto que provea información relevante. Las novelas son también convenientes para las historias de aspecto psicológico, ya que el autor puede dedicarle páginas enteras detallando los pensamientos y reflexiones de los personajes. Ahora, piensen en esos dos ejemplos llevados a la pantalla grande. En un medio audiovisual no se puede detener el flujo narrativo para que un narrador o personaje nos escupa información por minutos enteros, tendrás a la audiencia revisando sus celulares en un santiamén. No solo una película dispone de menos tiempo de duración, sino que existe la regla primaria de mostrar en lugar de contar. En el primer ejemplo, si se quiere evitar este error, se puede recrear la historia mediante el uso de flashbacks, recreando el escenario de la historia que quiere contar el personaje. En el segundo ejemplo, sortear ese obstáculo es mucho más difícil, porque lo ideal es que la audiencia entienda la psiquis del protagonista mediante sus acciones, a veces en las adaptaciones se tienen que perder elementos. En resumen, estas y otras complicaciones aparecen cuando se quiere mover una historia de un medio a otro, aunque para ilustrar mi punto con más claridad elegiré un ejemplo específico de la novela que estoy leyendo actualmente, Un Abismo en el Cielo de Vernor Vinge. La historia trata sobre el contacto entre la especie humana y otra de seres alienígenas con forma de arañas. La novela se enfoca en los aspectos de ambos bandos, disponemos del tiempo suficiente para conocer a las arañas, sus costumbres, su tecnología y sus objetivos. Lo único que el autor descuida son los detalles relacionados a su aspecto físico. ¿Por qué hace esto? Para que podamos apreciar a los personajes desde nuestra perspectiva humana, y así, empatizar con ellos. Cuando escribe escenas en la que dos personajes se muestran afecto mi mente se olvida completamente que estoy viendo DOS ARÁCNIDOS PELUDOS CONGENIANDO. Imaginen ver eso en una película, resultaría imposible ver animales de ocho patas comportándose como lo harían los humanos y no morirse de risa, hasta en un cómic pienso que no se podría retratar esto sin que terminara en comedia involuntaria.


El cómic tiende a apoyarse en imágenes, es sin duda el medio más adecuado para contar historias de superhéroes. Con los cómics nuestra mente asocia el texto y las ilustraciones en una amalgama que cobra sentido. Las personajes dibujados tiene la apariencia de humanos, pero no como con los que convivimos día a día. Personajes estrambóticos como Harley Quinn o el Joker forman parte de un mundo que para nosotros tiene lógica. Los cómics usan la acción, las expresiones hiperbólicas y los diseños coloridos para transmitir información que el lector necesita absorber; a su vez, todas estas cualidades forman parte del marco que, desde que abrimos la primera página, aceptamos como una realidad propia. De manera que cuando se presenta algún elemento sobrenatural, lo aceptamos como parte de la ficción.

Finalmente, en los medios audiovisuales con actores reales -refiriéndome a películas o televisión- las reglas de juego son totalmente distintas. Cualquier persona que haga una película tiene que saber primero que nada que va dirigida a humanos, y cada vez que los humanos vemos a un ser de nuestro par, en carne y hueso, en la pantalla pensamos en nosotros; este medio, sin dejar de lado que es una ficción, es una ventana directa hacia nuestra realidad, es imposible ver Days of Heaven de Terrence Malick y no pensar en las extensas praderas que alguna vez habremos recorrido. Pero ¿qué pasa cuando introducimos un elemento fuera de lo ordinario en una cinta live-action? Para dar un ejemplo, usaré una película que cualquier persona que haya crecido en los 90 reconocerá. Imagina que estás viendo el comienzo de la película de la primera versión Live-Action de Las Tortugas Ninjas sin saber nada de la franquicia. Una trama como cualquier otra, personas caminando por las calles en la noche hasta que aparecen individuos disfrazadas de tortugas peleando contra ninjas. En ese singular momento se produce un clic en el cerebro del espectador, la atmósfera de realismo se derrumba y lo primero que pensará el espectador, por lo general, será: ¿Una tortuga gigante que sabe artes marciales? ¡Qué divertido! Al demonio con los humanos que vimos al principio, quiero ver más de estas tortugas. La experiencia deja de ser contemplativa y pasa a ser puramente hedonista, sensación que nunca se interrumpe debido a que Las Tortugas Ninjas nunca pide que te tomes el concepto en serio, sino que disfrutes de los chistes y escenas de acción. ¿Se si intentara lo opuesto? Tendrías un drama psicológico o sociocultural estelarizado por hombres con trajes animatrónicos con expresiones indistinguibles que no resuelven sus problemas con peleas. Tanto el público que busca películas realistas como el que prefiere las fantasiosas quedaría insatisfecho. Precisamente es este tipo de errores los que comete DC (ya era hora de retomar al tópico, ¿no?).

Las películas de DC son más “maduras” y “realistas”


Dc se propuso a competir con Marvel en la carrera de los universos cinematográficos, y contratar a Zack Snyder para encabezar esta tarea fue el peor error que pudieron haber cometido. Man of Steel es buen ejemplo de lo poco que entiende este director sobre el manejo de tonos en una historia. Su película de Superman se presenta como una especie de tragedia sobre un hombre buscando su lugar en el mundo. Un hombre dotado de poderes que, de darse a conocer al resto de la humanidad, ésta se pondría de cabeza. El tema que se plantea es si el uso de sus poderes ayudará o provocará daño al mundo. Sin embargo, toda este dilema se va por la borda cuando su rival Zod llega a la Tierra y la película se centra en puramente en peleas entre seres poderosos sacadas de un capítulo de Dragon Ball Z, y no voy a mentir, las escenas son geniales, me vi esta película varias veces solo por esas escenas. Pero aquí es donde yace el problema, todo el daño colateral provocado por estas titánicas batallas tiene que haber causado la muerte de muchos civiles inocentes, observación que el director decide ignorar por el momento para enfocarse exclusivamente en los puñetazos, pues de lo contrario deducirías que el tema inicial de la historia está resuelto: los dones de Superman provocan daño al mundo. Si la película hubiese decidido desde el comienzo tener un tono menos serio y abocarse exclusivamente a las peleas uno pensaría menos en las víctimas producto del daño colateral. Pero como esto no fue así, el clímax donde Superman se ve forzado a matar a su enemigo para salvar a una familia se vuelve redundante; si ya murió tanta gente (lo cual es confirmado en la secuela Batman V Superman) ¿qué diferencia tienen unos cuantos más? ¿de repente tienen el peso narrativo lo suficientemente grande como hacerlo dudar en matar a Zod, el causante de esas muertes? Esta cuestión me dejó pensando respecto a qué tipo de película tenía en mente Snyder, y tras leer sus comentarios descubrí que ni él mismo lo tenía claro. Por un lado, quería retratar la historia de un modo realista de la misma manera que Batman Inicia lo hizo, y por otro, describe la pelea de Superman contra Zod como una especie de Opera. No digo que una historia no pueda tener varios tonos, pero esos dos son diametralmente opuestos, no pueden estar en una misma historia. Suicide Squad está dirigida por David Ayer, no tiene la pretensión de ser realista o madura, sino algo irreverente y divertido, y aún así los críticos la odiaron y la audiencia terminó olvidándola. ¿Por qué sucedió esto? La respuesta simple es que no hizo lo mismo que hicieron las películas de Marvel, ¿y qué es eso? Eso lo examinaremos en la siguiente entrada.   


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